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Renuevan museo histórico de Ensenada

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EL MUSEO HISTÓRICO DE ENSENADA RENOVO SU CONTENIDO Y GUIÓN MUSEOGRÁFICO. FOTO MUSEO HISTÓRICO DE ENSENADA-INAH _650x399El Museo Histórico Regional de Ensenada se alberga en un monumento histórico, construido en 1886 para alojar el Juzgado de Primera Instancia y la Subprefectura del Partido Norte. Fue cuartel de la compañía fija de 1888 a 1914, y cárcel hasta 1986. se ubica en  Zona Centro, Ensenada Baja California.

En cuatro salas, el museo exhibe los últimos descubrimientos fósiles y de piezas arqueológicas de la entidad, y da cuenta de los cuatro grupos indígenas yumanos.

 

A partir de importantes avances de investigación que se han dado en la última década, modificando el panorama arqueológico de todas las regiones de Baja California, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emprendió la reestructuración del contenido permanente del Museo Histórico Regional de Ensenada, que hace unas semanas fue reabierto al público ya renovado.

 

La secuencia narrativa inicia hace más de 50 millones de años, en la Sala A Paleontología, donde a través de 30 piezas fósiles se explican conceptos generales de esta ciencia, se proponen las razones para estudiarla y se detalla qué se puede aprender de ella. Además se exhiben vestigios recuperados en territorio bajacaliforniano, entre los que destaca una amonita de 65 millones de años y dientes de tiburón de 12  millones de años.

 

La intención de dicha sala es informar al público cómo se desarrollaba la vida en la parte norte de la península antes de que el hombre llegara a poblarla; se explica qué es un fósil y cómo se forma. El módulo cierra con una sección dedicada al periodo del Pleistoceno, caracterizado por la existencia de megafauna, como los mamutes y mastodontes, que incluso pudieron haber convivido con el hombre.

 

EL MUSEO HISTÓRICO DE ENSENADA RENOVO SU CONTENIDO Y GUIÓN MUSEOGRÁFICO. FOTO MUSEO HISTÓRICO DE ENSENADA-INAH  (3)_557x650

La pieza estelar de este primer espacio es un ejemplar de mamut, que se exhibe articulado y en contexto de excavación; cabe destacar que es la primera vez que en Baja California se muestran los restos de este ejemplar, con un montaje que permite al público calcular las dimensiones del animal, toda vez que hasta el momento sólo se habían presentado piezas sueltas, por ejemplo las defensas, pero no esqueletos completos y acompañados del cráneo.

 

El recorrido continúa con dos apartados de arqueología donde se exhiben alrededor de 80 piezas de tres periodos distintos. La primera es la Sala B Paleoindígena, que presenta los vestigios de la presencia humana más antigua de Baja California, con fechamientos desde 11,000 hasta 7,500 años. Se describe la entrada de los primeros pobladores a la península, y se exhiben piezas representativas de lo que pudo haber sido la caza en aquel momento y objetos que dan un panorama general de los primeros cazadores-recolectores-pescadores.

Del periodo Paleoindígena se conocía muy poco; hay piezas que estaban en proceso de investigación y de diez años para acá se han descubierto sitios que no se habían considerado en la península y que dan otra idea de cómo pudieron estar asentados los primeros grupos humanos; por ejemplo, los investigadores ahora saben que en esa época se desarrollaron sitios costeros y que la explotación de recursos marinos es más antigua de lo que pensaban hace una década.

 

El recorrido continúa con la Sala C Arcaico y Prehistoria Tardía, en la que se exhiben los más recientes descubrimientos de las culturas desarrolladas en todas las regiones de la parte norte de la península, desde hace 8,000 años hasta poco antes de la llegada de los europeos.

 

El montaje muestra la diferencia de climas que dominaban la península hace ocho milenios; primero eran más húmedos y fríos, luego empiezan a desecarse los cuerpos de agua y el hombre ya no es tan dependiente de la cacería de la megafauna. En el periodo Arcaico comienza el vínculo con las líneas de costa, a esa época corresponden la mayoría de concheros. Fue un momento en que el hombre estuvo muy ligado a los recursos acuáticos.

 

En esta sala se exhibe la reproducción de un conchero y piezas representativas del trabajo en hueso, concha y lítica, también se ejemplifica por medio de murales cómo fue la actividad en este tipo de asentamientos; asimismo, se abordan aspectos funerarios, hay entierros y representaciones de pintura rupestre del estilo Gran Mural.

También en un mural se describen actividades de la vida cotidiana como la molienda, la cosecha del piñón, la elaboración de cestería y de piezas de cerámica.

 

SE EXHIBEN LOS RESTOS DE UN EJEMPLAR DE MAMUT. FOTO MUSEO HISTÓRICO DE ENSENADA-INAH_650x501La Sala C exhibe una canoa, consistente en un tronco de una especie de árbol endémica de California, que bajó por las corrientes y llegó a tierra peninsular; el tronco fue modificado por los grupos bajacalifornianos que seguramente lo encontraron y le dieron un uso de navegación. El montaje hace una reconstrucción de cómo pudo haber sido manejada esta embarcación. Guía destaca que la pieza es importante porque muestra el desarrollo marítimo de los antiguos grupos culturales.

 

El recorrido finaliza con la Sala D Etnografía, que a través de cerca de 30 piezas muestra cómo viven hoy los grupos indígenas de Baja California. Aquí se presentan objetos artesanales de los cuatro grupos yumanos: de los paipai hay varias ollas y cestería de palma; de los kiliwa, también cestería de palma y joyería, destaca un plato de junco con la imagen de tres serpientes; de los cucapá se exhibe un vestido acompañado de un pectoral de cuentas que perteneció a una danzante y que fue donado por su hija. También hay objetos kumiai. Las piezas están acompañadas de videos en los que se escuchan las lenguas indígenas en canciones y fragmentos de cuentos tradicionales.

 

El Museo Histórico Regional de Ensenada se ubica en Avenida Gastélum s/n, entre Av. Virgilio Uribe y calle 1ra., Zona Centro, Ensenada, Baja California. El horario: martes a domingo, de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Entrada libre.

 

Fuente: INAH

Fotos: INAH